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Olavarría tiene, en toda su extensión distrital, 120 mil habitantes. Al recital del Indio Solari ingresaron 300 mil personas y es incalculable la cantidad que quedó fuera; los que lo miraron desde el terraplén y los que tuvieron que conformarse con estar en las cercanías.

El suponer que podía tratarse éste del último gran recital que brindaría el mítico músico, superó todo tipo de previsión, y lo que fue primero una fiesta, terminó en tragedia y pudo haber sido peor si el propio Solari no hubiera intervenido en algunos momentos del recital poniendo calma, pidiendo la intervención de la seguridad cuando advirtió que tras un pogo había quedado gente en el piso, y manejando incluso con su repertorio, el "clima" de los presentes para evitar las avalanchas.

El predio elegido para el recital, según habían estimado, podía tolerar hasta 200 mil personas, pero hubo al menos 100 mil más. No hubo tampoco previsión por parte de las autoridades municipales de lo que podía ocurrir en los días previos cuando notaron que la capacidad hotelera estaba colmada y que la gente, de todos modos, llegarían y acamparían donde fuera. No había baños químicos, no había lugar para acampar, no había lugar incluso, en ciudades vecinas. Pero horas antes, el mismo gobierno municipal se ufanaba del movimiento que se había generado gracias al recital e intentaba capitalizar la foto.

Tras un año sin subirse a un escenario, ante una multitud La misa, se realizó en el predio La Colmena, de Olavarría. Arrancó a las 22.00 y debido a unos incidentes entre el público, el músico tuvo que suspender unos minutos su show. Recién al final se supo que el recital terminó en tragedia, con al menos dos muertos y varios heridos producto de aplastamientos durante los pogos.

"Gracias por la compañía y el apoyo de siempre. Sé lo que representa guardarse una platita y dejar de comprar algo o dejar de viajar a algún lugar para venir a verme. Lo valoro, muchas gracias", dijo casi al inicio del espectáculo, que arrancó con "Barba azul vs. el amor letal".

Luego siguió con "Ropa sucia" hasta que en un momento tuvo que suspender el show debido a desmanes entre el público: "Si siguen empujando se termina", le advirtió a un grupo de espectadores. "Los que están borrachos que vayan para atrás", agregó más tarde el músico, que tuvo que parar de cantar en más de una oportunidad debido a los incidentes que se repetían.
"Hay 6 ó 10 personas en el piso; hay gente en el piso, por favor; a ver la gente de seguridad, la gente de defensa civil dónde está", pidió el Indio en una de sus intervenciones en las que incluso hizo encender las luces del lugar.
El predio quedó desbordado, entre otras cosas, porque ingresaron al menos 100 mil personas más de las previstas y muchas de ellas, sin haber pagado entrada.

La desconcentración también resultó caótica y se vivieron momentos de tensión hasta que los organizadores abrieron el vallado lateral para que la salida fuera más rápida, pero lamentablemente horas después se confirmó el deceso de dos personas.

De acuerdo a lo informado por la Fiscal Susana Alonso se trata de dos hombres, uno de ellos oriundo de Los Polvorines, de 41 años, identificada como Fernando Javier León. Hasta que no se realicen las autopsias no está confirmado qué originó la muerte, ya que hay versiones que lo adjudican a aplastamiento y otras a sobredosis de alguna sustancia.

"Había versiones que hablaban de más cantidad de personas fallecidas, con un número más alto de víctimas pero evidentemente ha habido gente que se desmayó y que fue atendida en los puestos sanitarios pero lo que puedo confirmar fehacientemente son dos víctimas fatales" dijo la Fiscal.

La Fiscal Alonso también indicó que 120 personas están perdidas. En tanto, en el Hospital Municipal se encuentran internadas varias personas con diferentes afecciones. La gran mayoría presenta fracturas producto de la avalancha, pero también se registra un caso que permanece en Unidad Coronaria y otro en terapia intensiva, identificada como Antonella Falcon.

Lamentablemente lo que debió ser una fiesta, y de hecho lo fue mientras duró la música, quedó opacado por la tragedia que será, probablemente, de lo único que se hablará.

El esperado regreso del músico, a veinte años de aquella prohibición que le impidió actuar con los Redondos, dejó el sabor amargo de un show con fallas organizativas y escasos controles, tanto en las inmediaciones como en el ingreso de los espectadores, y que ya había desbordado las previsiones de una administración local que no supo manejar tampoco los días previos, ni lo que la llegada de los espectadores generaría a su alrededor donde hasta pulularon vendedores ambulantes, carritos de comidas que coparon las calles, venta de bebidas sin control y falta de todo tipo de asistencia.


Tras la interrupción después del tercer tema y lograr que se atendiera a la gente que había quedado caída o aplastada contra las vallas producto de la avalancha, el Indio volvió a escena, visiblemente ofuscado, y continuó con el recital no sin un par de interrupciones más por incidentes de menor grado.

Entre algunas de las canciones sonaron "Etiqueta negra", "Todo preso es político", "Nuestro amo juega al esclavo", "Esa estrella era mi lujo" junto a varias canciones de su etapa solista y un inusual cierre que combinó "JIJIJI" con "Mi perro dinamita".

A la salida del recital, se repitieron los inconvenientes con gente abarrotada que tenía numerosos problemas para poder salir del predio. Muchísimos jóvenes se extraviaron o quedaron a largas distancias de sus vehículos de transporte que se encontraban dispersos en distintos puntos de la Ciudad, algo similar a lo que ya había ocurrido en el último recital que había brindado en Tandil.

Por estas horas se multiplican los relatos en primera persona.

El periodista Rodolfo Barili estuvo en el lugar, y publicó en Twitter: "Debió ser una fiesta. Es un drama. Ni bien arrancó el Indio paró el recital. Fueron varios minutos. Pedía espacio para gente caída y pisada", y añadió: "El Indio volvió a detener el show varias veces. Y x varios minutos. Algo no estaba bien. Se quejaba de los aplastados y borrachos q hacían lío". Por último, sostuvo que "Al Indio se lo veía lejano y afectado x lo que veía en el pogo: pisados y asfixiados x la marea humana. Aún no se sabe cuántos son los muertos".
"Jamás vi tanta gente en un mismo lugar. Jamás. Debía ser una fiesta. Es un maldito drama a esta hora. #ElIndioEnOlavarria", escribió más tarde.

"Por la avalancha en el recital del Indio, rompimos un lateral del predio para no ser aplastados. La gente gritaba para salir", relató con dramatismo desde su cuenta de twitter Daniela Gianetassio. La joven viajó desde La Plata hasta Olavarría para ver al Indio Solari por segunda vez en su vida. Llegó temprano, y logró estar muy cerca del escenario. Nunca imaginó el miedo y la desesperación que iba a vivir unas horas más tarde.

"Después de la avalancha muchos quedamos afuera. En shock, descompuestos, buscando a otros. No había lugar ni asistencia", tuiteó a las 5.11 de la mañana del domingo y continuó: "Después de la avalancha, nos mandaron a sentar a un terraplén para que el show continuara. Se subían a los baños para ver".

La periodista y productora de tevé contó la angustia que vivió esa noche: "Había niños, personas mayores. Todos gritaban, fue un momento de pánico donde no sabíamos para dónde salir. No había escapatoria".

Otra que relató su experiencia en Twitter fue la publicista Elena Paoloni, quien contó que "Se subió gente a las torres de sonido. No había pantallas y se escuchaba mal, así que había un cierto fastidio". Además, sostuvo que "El indio cortó el show porque había avalanchas heavy adelante. Varias veces" y que se retiró antes porque "se puso feo".

"Tampoco ayudó que Olavarría no estaba listo para recibir gente, además de los vecinos estaban MUY paranoicos. #indio", escribió también.

Un asistente que habló en radio La Red fue muy crítico con la organización y hasta denunció que "había una cantina adentro del recital donde vendían cerveza". Y apuntó contra la seguridad: "Nadie controlaba nada, la gente estaba pasada de vuelta colgada de las puertas de los colectivos. No había un solo control, un patrullero, no vi nada en ocho horas de viaje".

Lamentablemente ya desde el tercer tema, cuando debió interrumpir por primera vez el show, la banda supo que algo no estaba bien. E intuyó quizá también, que si decidía suspender (como amenazó hacer si no se "calmaban") podría ser peor aun. "Es por 20 pelotudos" se lo escuchó decir. El tono ya no era el mismo. Los espacios entre tema y tema; las frecuentes interrupciones; y hasta la lejanía del Indio anticipaban lo que pocos sabían pero muchos intuían: la fiesta se había opacado y terminó en tragedia. Un final que nadie quería para el que muchos creen que será el último recital del Indio, pero pocos colaboraron para evitar que sucediera.

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